La enseñanza de la Historia en primer año incorpora el estudio de los pueblos de la antigüedad como contenido prioritario para valorar desde una perspectiva histórica las costumbres y creencias de diferentes grupos sociales. Por este motivo, los alumnos de 1ero A y 1ero B se dedicaron a ampliar sus conocimientos analizando las características del pueblo egipcio, indagando sobre su estado y economía, así como su característica escritura.
En un proceso de investigación que concluyó en un informe sobre la Piedra de Rosetta, los alumnos descubrieron en esta fuente histórica el primer indicio que los investigadores encontraron para descifrar los jeroglíficos recién en 1822 por Jean Francois Champollion. A partir de este informe, los alumnos encontraron las tablas de equivalencia entre los signos egipcios con las letras del alfabeto español. Con todo, y utilizando una técnica plástica basada en el uso de diferentes materiales (hojas blancas, agua, gasas, plastícola y café), todos se dispusieron a imitar la técnica del papel y los signos en un taller donde la creatividad y la ciencia se unieron.
Para unir Historia y presente, también se los invitó a participar de un concurso fotográfico cuya consigna principal es tomar fotografías del taller observando su propio trabajo, valorando el trabajo de los compañeros y resignificando el rol de los dispositivos tecnológicos en la tarea escolar.