Como miembro de la cátedra de Historia Antigua de la Universidad de Buenos Aires, tuve el orgullo de participar este último mes de una excavación arqueológica en la tierra de Israel. Fue una experiencia enriquecedora que me brindó nuevas herramientas para abordar tanto el estudio de la historia, como el dictado de las clases en el colegio.
La expedición duró tres semanas bajo el fulminante sol del verano israelí en el sitio del Tel-Erani, a minutos de la floreciente ciudad de Kiryat-Gat, y a pocos kilómetros de la bíblica ciudad de Be’er Sheva.
La excavación se conformó por un equipo internacional, liderado por la ‘Israel Antiquities Authority’ representada por el Dr. Ianir Milevski.
La experiencia de convivir con un equipo de arqueólogos de diversos lugares permitió la consolidación de lazos académicos y fraternales, como el intercambio de conocimientos y análisis de los diferentes hallazgos.
Nos aventuramos en esta excavación con la intención de comprender en mayor profundidad la forma de vida de la población de Tel-Erani, durante los primeros años del Bronce Temprano.
La expedición aportó una enorme cantidad de cerámica de la población local y sus alrededores, lo cual nos permite pensar sobre las relaciones que mantenían con asentamientos tanto cercanos como lejanos. A su vez también pudimos encontrar los restos de numerosas construcciones, e incluso de la muralla que rodeaba la ciudad. Esperamos que estos hallazgos logren dilucidar aún más la historia de la tierra de Israel.
Es con mucha alegría que me permito escribir estas palabras, ya que la participación en una excavación en Israel implica el cumplimiento de un sueño personal de larga data, y la culminación de largos años de estudio sobre el tema. Espero que sea una experiencia que pueda repetir en el futuro cercano.

Ariel Castro Nessim
Profesor de Ciencias Sociales.

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